
Una prueba de concepto, en el contexto de la investigación de mercados, es uno de los tipos de estudio más utilizados en los procesos de innovación. Su objetivo principal es filtrar y priorizar ideas en fases tempranas, de modo que se puedan concentrar los esfuerzos en los conceptos con mayor potencial. Realizar una prueba de concepto es sencillo, rápido y puede marcar una gran diferencia a la hora de lograr innovaciones más eficientes y exitosas. Por eso, muchas marcas de todos los sectores consideran la prueba de concepto una herramienta esencial para garantizar el éxito de sus lanzamientos.
Para que tu también puedas poner en marcha pruebas de concepto de forma fácil, aquí te proporcionaremos todos los detalles sobre las pruebas de concepto y sus variantes más habituales: las pruebas de concepto monádicas, monádicas secuenciales, comparativas y protomonádicas.
¿Qué es un concepto?
Un concepto es una breve descripción de un nuevo producto o servicio que se evalúa antes de lanzarlo al mercado. Un concepto sólido debe incluir:
- El problema que resuelve. La necesidad que se desea cubrir con el nuevo producto.
- La descripción del producto: Una explicación muy sintética de lo que sería el producto
- La propuesta de valor. Los beneficios clave que el producto o servicio ofrecería al consumidor.
- Los puntos de diferenciación. Las características que harían único o mejor al concepto frente a las alternativas existentes.
Esta descripción debe ser objetiva y estar expresada de forma clara y sencilla para que cualquiera pueda entenderlo sin ser experto. Debe ser muy sintética, neutra y debe evitar la jerga y el lenguaje publicitario. Si facilita la comprensión por parte de los consumidores, pueden incluirse imágenes o bocetos que refuercen la descripción.
Dependiendo de la madurez de la categoría o del carácter disruptivo del concepto, se requerirá un mayor grado de información para que el consumidor pueda comprender lo que hace al producto atractivo y distinto, pero en cualquier caso, el concepto no debe pasar de unas pocas líneas de texto.
¿Qué es una prueba de concepto?
Ahora que ya sabemos lo que es un concepto, podemos imaginar lo que es una prueba de concepto con consumidores.
En este contexto de la investigación, una prueba de concepto es un estudio de mercado que presenta a los consumidores uno o varios conceptos para que los evalúen. Recoger la opinión de los consumidores tiene tres utilidades principales para las empresas que los realizan:
- Validar o descartar conceptos. Recogiendo la opinion de los consumidores se puede anticipar si un nuevo producto tiene posibilidades de éxito, o si por el contrario, tiene todos los números de ser un fiasco. La prueba de concepto actúa como un semáforo, evitando que se inviertan recursos en desarrollar productos con bajo potencial. No sólo sería una perdida de dinero y esfuerzo, sino que además podría resultar en una merma de credibilidad y de competitividad frente a otras marcas que sí acierten en sus lanzamientos y se adelanten en su carrera por satisfacer al consumidor.
- Priorizar conceptos. En ocasiones se presentan varios conceptos para reducir su número y quedarnos con un número reducido de ellos que explorar en mayor profundidad antes de tomar decisiones más definitivas.
- Mejorar conceptos. Las pruebas de concepto ayudan a recoger información sobre lo que los consumidores más valoran y lo que cambiarían, lo que permite introducir mejoras en el producto antes de lanzarlo.
Una prueba de concepto es un estudio de mercado muy común, sencillo, rápido y que tiene una gran utilidad en relación con su coste. Es uno de los ejemplos mas claros en los que una pequeña inversión en investigación puede evitar pérdidas muy importantes para las empresas. Por eso todas las marcas realizan pruebas de concepto que potencien las posibilidades de éxito de sus procesos de innovación.
Tipos de pruebas de concepto
A la hora de hacer una prueba de concepto, hay varias metodologías que se pueden emplear. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes que describimos a continuación.
Prueba de concepto monádica
Esta es la mejor prueba de concepto que puedes elegir, si tu presupuesto te lo permite.
En una prueba de concepto monádica, se presenta un solo concepto a cada participante, quien lo evalúa de forma aislada. Así se obtiene una valoración imparcial del concepto que no está condicionada por otros conceptos que se le hayan presentado previamente. Como cada consumidor sólo valora uno, el cuestionario puede ser un poco más extenso para recoger más detalles que ayuden a optimizar el concepto. Además, es fácil de crear y fácil de responder para los entrevistados, por lo que suele ser la preferida por todos. Sólo tiene un inconveniente, si tienes varios conceptos que testar: su coste. Con pruebas de concepto monádicas, necesitarás tantas muestras como conceptos, lo que hace que el coste se eleve rápidamente a la que vas añadiendo conceptos. Por eso, si tu objetivo es evaluar varios conceptos, quizá una de las siguientes opciones resulte más conveniente.
Prueba de concepto comparativa
Las pruebas de concepto comparativas se usan frecuentemente en estadios iniciales de procesos de innovación, cuando hay que evaluar muchos conceptos y el presupuesto para hacerlo es limitado. Con una prueba de concepto comparativa se puede hacer una primera criba de conceptos fácilmente antes de evaluar los finalistas con mayor profundidad usando pruebas monádicas.
En esta prueba, se muestran diversos conceptos a los participantes, quienes los comparan y seleccionan su favorito o los clasifican en orden de preferencia. Los detractores de las pruebas de concepto comparativas esgrimen que con esta técnica, los entrevistados evalúan cada concepto en comparación con los otros, lo que no ocurre en la realidad. La empresa no lanzará todos los productos, así que si el comprador no puede comparar con otras posibles innovaciones, es posible que altere sus preferencias.
Prueba de concepto monádica secuencial
Si tienes que evaluar un número limitado de conceptos y tienes un presupuesto ajustado, puedes usar una prueba de concepto monádica secuencial.
Este tipo de prueba de concepto está a medio camino entre ls monádica y el comparativa. En ella se presentan varios conceptos a cada entrevistado, pero de forma independiente. De esta forma el consumidor valora un sólo concepto de forma aislada de otras opciones. Si se desea, al final del cuestionario, puede pedirse que comparen los conceptos para obtener un ranking. Con esta técnica no se necesita tanta muestra como se requeriría para hacer un conjunto de pruebas de concepto monádicas, y resulta más eficiente en costes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que también introduce un sesgo, ya que cuando se evalúan conceptos uno detrás de otro, la valoración que se haya hecho de los primeros influirá sobre la opinión de los siguientes.
Hay que tener también en cuenta que si el número es elevado, no se podrá pedir a todos los participantes que evalúen todos los conceptos en profundidad – eso haría demasiado largo el cuestionario – por lo que se necesitaría dividir la muestra total en segmentos para que cada grupo de consumidores evalúe unos pocos. En la práctica, eso hace más complicado el estudio, por lo que se desaconseja si quieres evaluar más de cuatro o cinco conceptos.
Crea tu prueba de concepto paso a paso
Como hemos dicho anteriormente, una prueba de concepto es un estudio muy frecuente y fácil de diseñar. Es posible que tu organización haya hecho pruebas de concepto anteriormente. Si es así, puede ser una buena idea partir de esos cuestionarios, ya que podrás comparar los resultados con tus estudios anteriores. Si no has realizado pruebas de concepto anteriormente, no te preocupes. Aquí te dejamos una guía para crear tu prueba de concepto paso a paso.
Define los conceptos
Deberás crear tantos conceptos como quieras evaluar. Recuerda que cuando describíamos lo que es un concepto te contábamos que debe ser redactado en el lenguaje del consumidor, de forma muy sencilla. A veces hay tentaciones de enriquecerlos con lenguaje vendedor. Se inflexible con tus stakeholders para que el lenguaje sea claro y neutro, ya que eso influirá en la calidad de los resultados.
Decide el tipo de prueba de concepto
Escoge una prueba de concepto monádica siempre que tengas que evaluar un sólo concepto. Usa la comparativa si estás en un estadio inicial y tienes muchos conceptos. Y la monádica secuencial sólo si tienes pocos conceptos y un presupuesto ajustado.
Selecciona tu muestra
Tus entrevistados debe formar parte de tu público objetivo, al que tu te dirijas con tu lanzamiento. Si vas a contar con muestra de un panel de consumidores, es posible que puedas acceder a compradores de la categoría que hayan sido ya identificados previamente. Si no, deberás incluir las preguntas de filtro necesarias para cribar a integrantes de tu público objetivo.
Diseña el cuestionario
En We are testers, podemos ayudarte a definir el cuestionario. Si prefieres diseñarlo tú mismo, aquí hay una lista de puntos que se suelen incluir en las pruebas de concepto:
- Comprensión del concepto: ¿En qué medida entendiste el concepto? ¿Qué crees que hace?
- Atractivo general: ¿En qué medida te parece atractivo? ¿Qué es lo que más te gusta de él? ¿Qué es lo que menos?
- Necesidad o relevancia: ¿Crees que este producto o servicio resuelve algún problema o cubre una necesidad? ¿Qué relevancia tiene este concepto para ti personalmente? ¿Consideras que este producto sería útil en tu vida diaria? ¿Por qué?
- Diferenciación: ¿Crees que este producto es diferente de otros productos similares en el mercado? ¿Qué hace que este producto sea único o mejor que otras opciones? ¿Hay algo que lo haga destacar frente a la competencia?
- Credibilidad. ¿En qué medida crees que este producto será capaz de cumplir lo que promete? ¿Por qué? ¿Por qué no?
- Intención de compra; ¿En qué medida comprarías este producto o servicio si estuviera disponible?
- Precio: ¿Pagarías por él? ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por este producto o servicio?
- Percepción de marca: ¿Este concepto encaja con la imagen que tienes de la marca que lo ofrece? ¿Te parece que la marca sería adecuada para ofrecer este producto o servicio?
- Frecuencia de uso: Si este producto estuviera disponible, ¿con qué frecuencia lo usarías? ¿En qué situaciones?
- Emoción o conexión emocional: ¿Este concepto despierta alguna emoción o sentimiento particular en ti? ¿Te sientes identificado con la propuesta de este producto?
- Opinión general y sugerencias ¿Qué cambiarías en el concepto para hacerlo más atractivo? ¿Qué añadirías o quitarías al producto o servicio para mejorar su propuesta? ¿Qué dudas o preocupaciones tienes sobre este concepto?
Una vez hayas creado el cuestionario que se adapta a tus objetivos, valídalo y pruébalo con algunas personas. Cuando estés convencido, lanza el tu prueba de concepto a campo.
Analiza tus resultados
Tras algunas horas de trabajo de campo (días si tu público objetivo tiene baja incidencia) podrás acceder a los resultados de la prueba y comprobar la aceptación de tus conceptos. ¡La hora de salir de dudas ha llegado!
Otros estudios de mercado para asegurar el éxito de la innovación
La prueba de concepto es un estudio fundamental dentro del proceso de innovación, pero no es el único. Antes de lanzar un producto al mercado se han de tomar muchas decisiones y muchas de ellas pueden apoyarse en la investigación para aumentar las posibilidades de éxito. Estos son otros estudios que se suelen emplear en procesos de innovación:
- Prueba de producto. Una vez el concepto ha sido validado y se ha probado su potencial con una prueba de concepto, hay que desarrollar el producto. ¿Pero cómo sabemos que el producto final refleja fielmente el concepto? ¿En qué medida convence a los consumidores para que lo compren? ¿Qué opinan tras la prueba? Todas estas cuestiones pueden validarse mediante un test de producto en el que uno o varios prototipos son probados por los consumidores.
- Test de envase. La presentación del producto en la tienda es clave para conseguir que el consumidor escoja el producto. ¿Puede el consumidor identificar la marca? ¿Qué aspectos del envase atraen su atención? ¿Qué sensaciones le transmite? Todas estas cuestiones pueden responderse realizando un test de envase.
- Test de precio. ¿A qué precio estaría dispuesto el consumidor a comprar el producto? ¿Cuál es el precio óptimo para maximizar los ingresos y el margen? Un test de precio dará todas las respuestas.
Llevar a cabo la investigación más adecuada en cada momento aumentará mucho las posibilidades de éxito del lanzamiento y el retorno que se obtenga. Todos estos estudios pueden contratarse uno a uno conforme se vaya avanzando en el proceso, o puede contratarse un plan de créditos, generalmente más barato al contratar mayor volumen.
Pruebas de concepto con We are testers
Realizar tus pruebas de concepto con We are testers es fácil. Evaluamos conceptos de todo tipo de productos y servicios y te apoyamos tanto como necesites. Si quieres, puedes crear el estudio tú mismo sobre nuestra plataforma de investigación, o dejar que nuestro equipo de expertos se encargue de todo. También podemos proporcionarte la muestra a través del panel de 130.000 individuos que ponemos a tu disposición. En algunos casos, ni siquiera requerirás introducir preguntas de filtro, ya que tenemos multitud de datos recogidos para ir directamente a escoger personas tu público objetivo. Y recuerda que en la plataforma podemos programar todo tipo de tests, así que podemos acompañarte a lo largo de tu proceso de innovación y asegurar el éxito de los pasos que des.
Contacta con nuestros expertos para conocer todos los detalles y empieza a lanzar productos con mayor éxito hoy mismo.
Fecha de actualización 28 abril, 2025